Redondela con R de Regojo

He hablado muchas veces de la falta de atino de los Gobernantes del Estado Español, incluso de los que reinaron antes de que se pudiese hablar de Estado, de sus malas decisiones y de sus políticas favorecedoras de unos prados en detrimento de otros.

La historia no ha sido justa con Galicia. Lo que fuera una de las provincias más importantes del Imperio Romano en Hispania vio como con la llegada al poder de los Reyes Católicos se truncó su crecimiento; fueron los primeros verdugos de esta tierra, los primeros que vertieron su ira contra el «Finisterrae Romano», los primeros que tomaron medidas coercitivas y represalias desmedidas con el simple objetivo de saciar su sed de venganza. Todavía hoy seguimos intentando recuperar el cultivo de la oliva del que nos privaron los toparcas castellanos.

Tras la desaparición de los Reyes Católicos, entre los s. XVI-XVIII, Galicia duplica su población llegando a tener en este siglo más habitantes que Catalunya. La articulación social y económica era casi perfecta; una economía basada en la agricultura autosuficiente, una importante explosión demográfica, la salazón y el pescado, el comercio marítimo a través de sus puertos (enclave geoestratégico en las Rutas Inglesas, Francesas, Portuguesas…), las patentes de corso, la minería, la ganadería y sobre todo la excelente aclimatación del cultivo del maíz a nuestras tierras. No podemos hablar de industrialización en esta época, ya que vendría después con empresarios catalanes y maragatos, pero si de una protoindustria popular que tenía como máximo exponente el Lino. Un cultivo de importancia estratégica en la economía gallega que estuvo presente 500 años, hasta la Revolución Industrial, y que quizá sea el germen del éxito posterior y actual del Textil Galego.

Con la llegada del s. XIX las decisiones de políticas del Gobierno Español destruyen el sistema económico existente en Galicia. El hecho de que se haga una apuesta firme por la industria del algodón mediterráneo y la introducción de aranceles proteccionistas perjudicaron a la industria del Lino Galega y al algodón procedente de las posesiones Ultramar (Cuba). El cambio en la manera de pagar los tributos arruina al campesinado gallego (se sustituye el pago con parte de la cosecha por el pago de impuestos en un dinero que no tenían). Con la principal industria (Lino) en inferioridad de condiciones y el campesinado arruinado la Galicia interior comienza a emigrar, una emigración que no cesaría hasta finales de los 60 del s. XX.

Vista Aérea de la Factoría de Regojo
Vista Aérea de la Factoría Regojo en Redondela

Tendrían que pasar unos cuantos años hasta que la industria del textil gallega volviese a cobrar importancia. En los años 30 el empresario, nacido en Pontevedra e hijo de zamoranos,  Jose Regojo abre en Redondela la primera industria textil de Galicia, Confecciones Regojo, que llegó a ser la fábrica de camisas más importante de España y la segunda de textil en volumen total de negocio. Aquí empezó todo, este fue el germen de lo que vendría después: Gene Cabaleiro, Adolfo Domínguez, Roberto Verino, Pili Carrera, Caramelo, Florentino, Alba Conde… hasta llegar a INDITEX.

José Regojo se había curtido desde niño en las carreteras comerciando con puntillas y encajes, al igual que sus padres y otros muchos vecinos del zamorano pueblo de Fermoselle. En 1919 ya establecido en Portugal funda en Lisboa su primera fábrica de camisas. En 1926 se produce un acontecimiento clave en su vida, una amigo suyo le presenta a una amiga de su novia que estaba pasando unos días en Estoril, desde ese momento queda enamorado de la redondelana Rita Otero con la que se casaría en 1927 en la Vila dos Viaductos. A pesar de que en un primer momento el matrimonio se establece en Portugal no tardarían un año en volver a Galicia para instalarse definitivamente en Redondela, la situación económica en España y las ganas de Rita de estar con su familia fueron razones de peso para ello.

Montan un pequeño taller en la calle Alfonso XII donde comienzan a fabricar camisas finas al estilo portugués, solo dos años más tarde la empresa está consolidada y comienza a andar lo que sería el gigante Regojo. Una empresa que supo encontrar soluciones y ventajas de mercado cuando a priori las situaciones eran adversas.

Sobre la historia de Regojo hay muchas cosas escritas, incluso existe un documental del cineasta redondelano Cuchi Carreira que podéis ver en YOUTUBE en el que a través de las personas que fueron protagonistas se relata la historia del imperio textil.

Predo Regojo Faro de Vigo
Pedro Regojo Otero. Foto Faro de Vigo

Pero entre todas las que conozco hay una que llevaba años queriendo escuchar directamente de boca de su protagonista. Estando inmerso en la tarea de escribir un libro sobre buenas prácticas comerciales  tuve la suerte de charlar con Pedro Regojo, uno de los hijos de Don José Regojo Rodríguez, que jugó un papel fundamental en la empresa familiar y en la concepción comercial de la industria de la moda en España.

Él me confesaba que tuvo algo de suerte, pero como escribo en mi obra, más bien fue el resultado de una concatenación de buenas prácticas comerciales y del uso del marketing. No os contaré el cómo, ya que eso me lo reservo para el libro, pero os contaré los logros que obtuvo con sus aciertos y visión estratégica.

Pedro Regojo, con un millón de pesetas que le entregó su padre, consiguió poner en marcha una delegación de la empresa familiar en Barcelona, en Catalunya, donde se concentraba la industria del textil; como Caballo de Troya introdujo la firma creando un departamento de Relaciones Institucionales comandado por un afamado periodista navarro que conseguía que personas de renombre promocionasen las camisas de Regojo. También a través de anuncios en La Vanguardia para promocionarse. A los siete meses de abrir la delegación vendía 1 camión de camisas cada semana.

Pero el cénit lo alcanza cuando consigue que Salvador Dalí le ceda su nombre para comercializar camisas; así se crea una línea especial en la factoría de Redondela de la que salen 1000 camisas diarias de alta calidad. Desarrolla una estrategia de marketing donde se regalan discos y se destina el 50% de los beneficios a publicidad. Teniendo el honor de ser la primera marca de moda en hacer anuncios de publicidad en televisión. Las camisas Dalí salen desde Redondela para abastecer las tiendas de toda España y Europa.

Tuve la suerte de conversar con Pedro, de mirarle a los ojos mientras me hablaba de su madre y de su padre con admiración, escuchar las enseñanzas y valores que le transmitieron. Vi brillar sus pupilas mientras me contaba la historia de su vida y de como consiguieron sobrevivir al Plan Ullastres. Vi como el recuerdo de aquella entrevista con Dalí le hacía sonreír con cada anécdota que me contaba. Aprendí muchas cosas, anoté ideas, anoté las claves que conducen al éxito personal y profesional.

Cosas de la vida o del destino, tal vez sea simple coincidencia, pero el azar ha querido que MEIDINGALICIA tenga su oficina en uno de los edificios construidos en los terrenos donde en otro tiempo estaban las naves de Regojo en Redondela. Ojalá tengamos la misma inspiración, capacidad de trabajo y éxito que ellos.

 

Falei moitas veces da falta de atino dos Gobernantes do Estado Español, mesmo dos que reinaron antes de que se puidese falar de Estado, das súas malas decisións e das súas políticas favorecedoras duns prados en detrimento de outros.

A historia non foi xusta con Galicia. O que fose unha das provincias máis importantes do Imperio Romano en Hispania viu como coa chegada ao poder dos Reis Católicos truncouse o seu crecemento; foron os primeiros verdugos desta terra, os primeiros que envorcaron a súa ira contra o «Finisterrae Romano», os primeiros que tomaron medidas coercitivas e represalias desmedidas co simple obxectivo de saciar a súa sede de vinganza. Aínda hoxe seguimos tentando recuperar o cultivo da oliva do que nos privaron os toparcas casteláns.

Tras a desaparición dos Reis Católicos, entre os s. XVI- XVIII, Galicia duplica a súa poboación chegando a ter neste século máis habitantes que Catalunya. A articulación social e económica era case perfecta; unha economía baseada na agricultura autosuficiente, unha importante explosión demográfica, a salgadura e o peixe, o comercio marítimo a través dos seus portos (enclave xeoestratégico nas Rutas Inglesas, Francesas, Portuguesas…), as patentes de corso, a minería, a gandería e sobre todo a excelente aclimatación do cultivo do millo ás nosas terras. Non podemos falar de industrialización nesta época, xa que viría despois con empresarios cataláns e maragatos, pero se dunha protoindustria popular que tiña como máximo expoñente o Liño. Un cultivo de importancia estratéxica na economía galega que estivo presente 500 anos, ata a Revolución Industrial, e que quizá sexa o xerme do éxito posterior e actual do Téxtil Galego.

Coa chegada do s. XIX as decisións de políticas do Goberno Español destrúen o sistema económico existente en Galicia. O feito de que se faga unha aposta firme pola industria do algodón mediterráneo e a introdución de aranceis proteccionistas prexudicaron á industria do Liño Galega e ao algodón procedente das posesións Ultramar (Cuba). O cambio na maneira de pagar os tributos arruína ao campesiñado galego (substitúese o pago con parte da colleita polo pago de impostos nun diñeiro que non tiñan). Coa principal industria (Liño) en inferioridade de condicións e o campesiñado arruinado a Galicia interior comeza a emigrar, unha emigración que non cesaría ata finais dos 60 do s. XX.

Terían que pasar uns cuantos anos ata que a industria do téxtil galega volvese cobrar importancia. Nos anos 30 o empresario, nacido en Pontevedra e fillo de zamoranos,  Jose Regojo abre en Redondela a primeira industria téxtil de Galicia, Confeccións Regojo, que chegou a ser a fábrica de camisas máis importante de España e a segunda de téxtil en volume total de negocio. Aquí empezou todo, leste foi o xerme do que viría despois: Gene Cabaleiro, Adolfo Domínguez, Roberto Verino, Pili Carreira, Caramelo, Florentino, Alba Conde… ata chegar a INDITEX.

José Regojo habíase curtido desde neno nas estradas comerciando con puntillas e encaixes, do mesmo xeito que os seus pais e outros moitos veciños do zamorano pobo de Fermoselle. En 1919 xa establecido en Portugal funda en Lisboa a súa primeira fábrica de camisas. En 1926 prodúcese un acontecemento crave na súa vida, unha amigo seu preséntalle a unha amiga da súa noiva que estaba a pasar uns días en Estoril, desde ese momento queda namorado da redondelana Rita Otero coa que casaría en 1927 na Vila dous Viadutos. A pesar de que nun primeiro momento o matrimonio establécese en Portugal non tardarían un ano en volver a Galicia para instalarse definitivamente en Redondela, a situación económica en España e as ganas de Rita de estar coa súa familia foron razóns de peso para iso.

Montan un pequeno taller na rúa Alfonso XII onde comezan a fabricar camisas finas ao estilo portugués, só dous anos máis tarde a empresa está consolidade e comeza a andar o que sería o xigante Regojo. Unha empresa que soubo atopar solucións e vantaxes de mercado cando a priori as situacións eran adversas.

Sobre a historia de Regojo hai moitas cousas escritas, mesmo existe un documental do cineasta redondelano Cuchi Carreira que podedes ver en YOUTUBE no que a través das persoas que foron protagonistas relátase a historia do imperio téxtil.

Pero entre todas as que coñezo hai unha que levaba anos querendo escoitar directamente de boca do seu protagonista. Estando inmerso na tarefa de escribir un libro sobre boas prácticas comerciais  tiven a sorte de charlar con Pedro Regojo, un dos fillos de Don José Regojo Rodríguez, que xogou un papel fundamental na empresa familiar e na concepción comercial da industria da moda en España.

El confesábame que tivo algo de sorte, pero como escribo na miña obra, máis ben foi o resultado dunha concatenación de boas prácticas comerciais e do uso do márketing. Non vos contarei o como, xa que iso resérvomo para o libro, pero contareivos os logros que obtivo cos seus acertos e visión estratéxica.  

El confesábame que tivo algo de sorte, pero como escribo na miña obra, máis ben foi o resultado dunha concatenación de boas prácticas comerciais e do uso do márketing. Non vos contarei o como, xa que iso resérvomo para o libro, pero contareivos os logros que obtivo cos seus acertos e visión estratéxica.  

Pedro Regojo, cun millón de pesetas que lle entregou o seu pai, conseguiu poñer en marcha unha delegación da empresa familiar en Barcelona, en Catalunya, onde se concentraba a industria do téxtil, como Cabalo de Troia introduciu a firma creando un departamento de Relacións Institucionais comandado por un afamado xornalista navarro que conseguía que persoas de renome promocionasen as camisas de Regojo e a través de anuncios na Vangarda. Aos sete meses de abrir a delegación vendía 1 camión de camisas cada semana.

Pero o cénit alcánzao cando consegue que Salvador Dalí cédalle o seu nome para comercializar camisas; así se crea unha liña especial na factoría de Redondela da que saen 1000 camisas diarias de alta calidade. Desenvolve unha estratexia de márketing onde se regalan discos e destínase o 50% dos beneficios a publicidade. Tendo a honra de ser a primeira marca de moda en facer anuncios de publicidade en televisión. As camisas Dalí saen desde Redondela para abastecer as tendas de toda España e Europa.

Tiven a sorte de conversar con Pedro, de mirarlle aos ollos mentres me falaba da súa nai e do seu pai con admiración, escoitar os ensinos e valores que lle transmitiron. Vi brillar as súas pupilas mentres me contaba a historia da súa vida e de como conseguiron sobrevivir ao Plan Ullastres. Vi como o recordo daquela entrevista con Dalí facíalle sorrir con cada anécdota que me contaba. Aprendín moitas cousas, anotei ideas, anotei as claves que conducen ao éxito persoal e profesional.

Cousas da vida ou do destino, talvez sexa simple coincidencia, pero o azar quixeron que MEIDINGALICIA teña a súa oficina nun dos edificios construídos nos terreos onde noutro tempo estaban as naves de Regojo en Redondela. Oxalá teñamos a mesma inspiración, capacidade de traballo e éxito que eles.

Poesía: Frustración.

Espida praia de outono,
foto dunha serea decadente,
silencio pérfido e angustioso,
agarimo dunha muller distante.

Frío como o vento tolo
que me corta a fronte,
sábeme a moi pouco
compartila con outra xente.

Agora míroche e choro,
non son eu o que mente,
son os teus ollos nun marco roto
os que me miran indiferente.

Respiro profundo,
nado ao contraxeito,
pénsoche cada segundo,
síntome impotente.

De tres en tres.

Por alguna extraña razón hemos decidido sacar nuestros productos de alimentación en grupos de tres, o como diría un entrenador que tuve: «en parejas de tres». Tal y como nos han llegado os lo mostramos, sin filtros, sin edición, así a lo bruto… Hoy es Viernes y no nos apetece hacer marketing.

Por algunha estraña razón decidimos sacar os nosos produtos de alimentación en grupos de tres, ou como diría un adestrador que tiven: «en parellas de tres». Tal e como nos chegaron mostrámosvolo, sen filtros, sen edición, así ao bruto… Hoxe é Venres e non nos apetece facer márketing.

Bombones la familia
Pecados Albariño – Licor Café – Mora
tres licores
Licores con acento
trío licores
Trío de Licores
Trío Premium
Destilados Premium
vinos
Vinos y Vermut // Viños e Vermut 

Próximamente os presentaremos más productos y os iremos contando su historia.

Pronto presentaremos máis produtos e contaremos a súa historia.

 

 

 

Lo confieso: «hemos pecado».

Esta es la primera caja de bombones de Licor Café MEIDINGALICIA, queríamos compartirla con vosotros, con todos los que lleváis siguiendo nuestro proyecto y con todos aquello que espero se sumen a él.

En su interior hemos introducido algo muy especial, un regalo que seguro que le va a gustar a aquél que tenga la suerte de comprar esta caja, no digo más, sólo esperamos que al que le toque comparta el premio en sus Redes Sociales.

Este es el primer producto de una larga lista que os iremos presentando en los próximos días; pero como dice una de las leyes inmutables del marketing: «es mejor ser el primero que ser el mejor», más aún si la forma de concebirlo encierra una historia tan curiosa y bonita como la de estos bombones.

Gracias a todos los que compartís nuestras locuras y pecados, sin vosotros nada tendría sentido.

De la Vía XIX a AP-9.

No sé si os lo he dicho pero soy muy fan de los Romanos, de su cultura, de su civilización; aunque no os voy a negar que me hubiese gustado asistir a alguna de las fiestas que daban los Emperadores, mi admiración viene sobre todo por la arquitectura, por esas grandes obras públicas que desarrollaron a lo largo y ancho de todo el Imperio.  El éxito de la romanización viene dado por varios factores: la religión, el ejército, el derecho romano, el comercio, el idioma, la organización administrativa de las ciudades y las vías de comunicación. Los Romanos entendieron que era necesario implementar una red de calzadas, puentes, puertos y canales para que las tropas, las personas, las mercancías y el correo circulasen libremente, llegando a cualquier punto de sus dominios.  Fueron capaces de desarrollar infraestructuras en todas las provincias, sin discriminación, prueba de ello es el legado que se conservamos en Galicia, el patrimonio que sigue teniendo utilidad (puentes, burgas, calzadas…), el que visitamos para admirar (Muralla de Lugo, Campamento da Cibdá, Torre de Hércules…), el que se está descubriendo y  ayuda a desmontar algunas de las mentiras históricas con las que fuimos educados (de Vigo se decía que no tenía importancia en la época Romana y los hallazgos han demostrado lo contrario). Así, entre todo el tejido de calzadas que nos dejaron en nuestra Comunidad podemos destacar la Vía XIX que unía Braga con Astorga cruzando Galicia a través de Lugo, de esta partían otras a Brigantium (A Coruña) y Ourense.

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Fuente Turismo de Santiago

Actualmente tramos de este trazado se siguen utilizando en diferentes rutas del Camino de Santiago; pero lo más sorprendente es que si nos fijamos en las principales infraestructuras de comunicación para trenes y vehículos que en la actualidad funcionan en Galicia nos daremos cuenta de que se han trazado paralelas a las Vías Romanas. Ese es el caso de la AP-9, la llamada Eixo Atlántico y que discurre paralela a las Vías XIX y XX; vertebrando, en teoría, la Galicia Norte con la Galicia Sur.

Los Romanos consiguieron unir las principales ciudades de Gallaecia y conectarlas con el exterior, unirla con el mundo, haciéndola prosperar y salir de su aislamiento comercial interior, ya que en la costa la situación era otra. Siempre he tenido claro que fueron los únicos que tuvieron un plan concreto de Obras Públicas y Vías de Comunicación para el Finis Terrae. Y lo mejor de todo es que lo ejecutaron, que lo terminaron, algo impensable en nuestro tiempo; ahora se cambian los proyectos, los trazados, los presupuestos y no hace nada (véase AVE o Puerto Exterior de A Coruña).

Durante el Reinado de Carlos III se construyen una serie de Caminos Reales (base de la actual Red de Carreteras Nacionales) que pretendían unir las zonas periféricas con Madrid mediante un sitema «Radial», ese era el objetivo de este Rey-Alcalde de la Capital, Galicia también tendría el suyo. Pero no sería hasta el s. XIX, durante el Gobierno Liberal, cuando se pondría en marcha un plan contundente de mejora de infraestructuras terrestres. Hasta 1840 las diferentes regiones de España estaban aisladas, algo que no sucedía en otros países, lo que hacía que existiesen economías de proximidad; quizá escudarse en la orografía sea lo más logico, o en las diferentes guerras (la de la Independencia o la Carlista) que destruyeron puentes y demás; pero lo cierto es que el vivir de las rentas coloniales hizo que el país se relajase y no desarrollase ni industria ni infraestructuras. Para que os hagáis a la idea teníamos la décima parte de Red Viaria que Francia.

Los Liberales entendieron que para tener un mercado económico estatal era necesario abolir los impuestos de paso y poner en marcha la unidad aduanera; así como, mejorar las redes viarias. Aunque hubo una notable mejoría resultaron ser insuficientes los 40.000 km de vías ya que tan sólo 16.000 eran de primer o segundo orden. En Galicia sólo se construyeron 2 de primera clase, primero la Vía del Norte que unía Coruña y Ferrol con Castilla y la posterior Vía del Sur que hacía lo propio, dejando la vertebración interior relegada fundamentalmente a vías de cuarta.

No sería hasta 1926 con la Creación, por parte del ministro Benjumea, del Plan Nacional de Firmes Especiales, cuando se vislumbre la necesidad de crear un trazado Atlántico (Tui-Ferrol) y de reforzar las salidas naturales de Galicia por carretera: de Coruña hacia Aturias y la Meseta (por Lugo), de Vigo hacia la Meseta (por Ourense).

Con la Guerra Civil los puentes y las carreteras sufren importantes daños, volviendo a quedar España incomunicada. Para proceder a comunicar interiormente España se cambian las denominaciones de las carreras que dejan de ser de primera, segunda, tercera o cuarta para pasar a ser Comarcales y Nacionales. Pero lamentablemente retrocederíamos un par de siglos para volver a articular España mediante un Plan Radial de 6 Carreteras Nacionales, en Galicia sería la N-VI que uniría A Coruña con Madrid, dejando a la Galicia Sur marginada.

Sin autovías ni autopistas que vertebrasen el interior de Galicia ni la comunicasen con el resto del Estado, con el aumento del tráfico rodado las comunicaciones por carretera eran una odisea. Mientras en Europa la historia de las autovías comienza en los años 20 en España no se construirían, las primeras autopistas/autovías llegan a finales de los 60 y como siempre a Galicia llegarían todavía más tarde, en 1979 (A Barcala) Coruña-Santiago (Norte), en 1981, el tramo Vigo-Pontevedra de la AP-9.

La AP-9 se comienza a construir en 1973 pero hasta el 92 no se podría disfrutar del enlace entre las ciudades de Vigo y A Coruña. Es todo este periodo de tiempo, hasta el día de hoy, se han ejecutado obras de ampliaciones y enlaces con otras vías de conexión en aras de conseguir lo que otras Comunidades tienen desde los años 80.

Pero en realidad el Eixo Atlántico no ha sido más que una mina de oro para las concesionarias que han ido comprando y vendiento la autopista, cada vez por más dinero, traspasandose los pingües beneficios obtenidos de esquilmar con las subidas de tarifas a los usuarios.

AP ) Diario de Ferrol.jpg
AP-9 peaje Fuente Diario de Ferrol

Durante mucho tiempo la conservación ha sido penosa, su firme en mal estado era una constante, la entrada de animales cinegéticos por la mala conservación del vallado… eso si, las tarifas no se modificaban a pesar de no mantener en condiciones la infraestructura.

Los Romanos tenían claro que había que vertebrar el norte y el sur, los liberales que había que suprimir los impuestos de paso, los galegos de hoy que no tiene sentido hacer desunir el norte del sur de Galicia como otraora pretendieron Paco Vázquez y Manoel Soto… ¿Por qué lo políticos no tienen claro que para vertebrar Galicia es necesario que la AP-9 sea rescatada y se eliminen los peajes? Fácil, dinero.

Luego escuchas en la COPE al Alcalde de Redondela abanderando la abolición del peaje de Rande, no critico el fin, ya que considero que el peaje es injusto a todas luces ya que aisla a la cuarta población de la Pontevedra de la ciudad más importante, casi 15.000 personas por la parte de Redondela que son potenciales usuarios de esa vía, que para acceder a Vigo por 6 km. tienen que pagar 0,90 €. Liberizar este peaje sería justo por agravio comparativo con la península de O Morrazo que lo tiene liberalizado desde hace mucho tiempo; sería un gran paso de cara a la eliminación del tráfico rodado por Chapela que actualmente sufre de contaminación acústica y atmosférica debido al trasiego de vehículos. Sería una mejora comercial para el comercio de la Villa y una mejora en la calidad de vida para los residentes que a diario van a trabajar a Vigo, pero sobre todo sería unir Chapela y Redondela con el hospital de referencia (Álvaro Cunqueiro) sin tener que pagar para llegar rápido al médico. Eso si Alcalde, pero… ¿qué ha hecho usted los 7 años que lleva en el poder cuando gobernaban los suyos en «Madrí» y en Santiago? Pues se lo diré yo, NADA. Pero ahora usted se pone delante de la pancarta para ganar votos después de no hacer nada por sus vecinos.

Pero claro estamos en un año PRIMAVERA. Si, este año 2018 es un año primavera. ¿Por qué? pues porque todos los años vísperas de elecciones pasa lo mismo, como en la primavera florecen los capullos. Y esa es la forma de hacer política aquí, desgraciadamente, no tenemos políticos que piensen en clave de país; es más fácil actuar desde el oportunismo y el clientelismo, pero así no se arreglan los problemas de Galicia.

Si tengo que hablar de Políticas Públicas me quedo con los Romanos.

La lengua de los bocachanclas.

Mientras la interprete de música celta Julie Fowlis nos deleita con una estupenda versión de la «Cantiga de Camariñas» de Petapouco, canción que podemos encontrar en su último álbum, e incluso nos regala una maravillosa interpretación de la misma junto a la Orquesta Sinfónica de la BBC; algunos de los políticos de esta España de «chirigota y pandereta» se empeñan en querer matar el «Galego».

A mí se me caería la cara de vergüenza después de decir tamañas mentiras subido al púlpito de una Cámara de Representación Parlamentaria, pero lo peor no es eso, lo peor es no tener la dignidad de rectificar cuando uno mete la pata sobre algo tan serio y controvertido como son las cuestiones del idioma, en vez de hacer acto de contrición decide seguir navegando en la ignorancia, mientras la prensa gallega da cabida en sus páginas al esperpento y escarnio de la justificación absurda. Se me caería la cara de vergüenza si fuera tan necio y tan inculto de no saber apreciar otras lenguas y culturas, algo que si ha hecho una cantante Escocesa con el Galego; pero no ha sido la primera ni la única, a lo largo de la historia han sido muchos cantantes de talla mundial los que se han atrevido a cantar en nuestra «lingua nai», incluidos los que pasan por el «Luar» de Gayoso para cantar el mítico «Apagha o candil». Se me caería la cara de vergüenza si fuera yo el que pusiese los medios para intentar cargarme una lengua que tiene tanta historia o más que la que intento imponer. Se me caería la cara de vergüenza si fuera tan torpe de no reconocer la importancia cultural del Galego y de Galicia; desde la producción literaria hasta la musical, pasando por la plástica. Porque les diré señores naranjas que la cultura galega, a pesar de haber sido atacada y prohibida en diferentes períodos negros, nunca dejó de ser prolija en número y creatividad, ha conseguido sobrevir  y su legado se mantiene tanto aquí como fuera de nuestras fronteras gracias a la emigración forzosa a la que nos vimos empujados por los políticos y militares españoles.

Pero no voy a odiar a los que no entienden que diferentes culturas e idiomas pueden coexistir de manera cooficial dentro de un mismo territorio, tampoco voy a odiar a los que se empeñan en traducir al Español los nombres de lugares, pueblos, villas y ciudades de Galicia. No lo voy a hacer porque sé que son amantes de la Ley y el Orden, o eso es lo que esgrimen cuando intentan aplacar, con mucha razón, los conatos nacionalistas amparándose en la Constitución, los Estatutos de Autonomía y el Derecho Penal. Pues sepan ustedes señores de «Viva el Rey, el Orden y la Ley» que la toponimía Galega está recogida en una LEY DE NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA

En Galicia, la Ley 3/1983, de 15 de junio, artículo 10.1:

Los topónimos de Galicia tendrán como única forma oficial la gallega.

Incluso a los campeones que dicen que como Sanxenxo en el s. XVIII y XIX se escribía Sanjenjo y Sangenjo ahora se tiene que decir Sangenjo, sin importarles el s XVI o XVII donde la grafía era la misma pero la pronunciación diferente y asumir que es en este momento donde el Galego se desmarca del Español y Portugués en cuanto a la s/x/j.

Contra los que sí tengo algo es contra aquellos que utilizan despectivamente el término «gallego», los que hablan de nosotros con desprecio; tratándonos de paletos, incultos y subdesarrollados (esto no solo lo hacen los de Madrid, ¡¡ojo!!). A esos que en las reuniones de las diferentes empresas Españolas en las que he trabajado se metían con mi acento, diciendo que sonaba bruto y que hablaba cantando. Mientras en España se nos margina en el resto del mundo se nos valora, es más, sabed Españoles de España, que en Latinoamérica, en lugares como Argentina y Uruguay, se os llama «Gallegos» a todos vosotros. El mundo esta lleno de Galegos, de descendientes, de los que llevaron el acento, la musicalidad y la creatividad por todo el mundo; componiendo tangos para Gardel, ganando mundiales con Uruguay, inventando vacunas, dirigiendo investigaciones científicas… Hemos aprendido a sobrevivir sin medios, solo con las ganas, el talento y el tesón impreso en nuestro ADN de «mariñeiros aventureiros».

Pero claro, en Galicia, los diferentes Gobiernos nacionalistas de la Xunta han obligado a hablar el Galego en las aulas, en todos los  ámbitos de la vida, así a la fuerza, aunque la población se negaba a ello no tuvo otra salida que someterse a la imposición cultural galeguizadora. Ciudades como Vigo y A Coruña se han convertido en bastiones del Galego, donde la gente tiene prohibido el hablar en Español, de hablar en esta lengua podrían ser denunciados a las autoridades encargadas de velar por la protección de nuestra lengua bárbara. En las librerías está expresamente prohibido que en los escaparates estén expuestos libros que no hayan sido escritos en lengua autóctona. Todo esto hace que el paisaje para el Español sea desolador en este territorio hostil.

Perdonadme por el arriesgado ejercicio de entrar en la cabeza de alguno de estos talibanes culturales. La situación del Galego en Galicia es tan buena que usamos dos términos para definir lo que vivimos en esta Tierra Santa: el auto-odio (odio a lo que tenga que ver con nuestra lengua y todo lo galego) y la diglosia (cuando coexisten dos lenguas en un mismo territorio pero una de ellas goza de más prestigio y uso social). Tal vez sea el «Telón del Grelo» el que no os deja ver la realidad, tal vez sea que para vosotros el noroeste peninsular no resulta tan atractivo electoralmente como el Este, tal vez sea que no salís de vuestro despacho a visitar la «periferia» para ver como va el mundo… tal vez es que no dais para más, en ese caso, estáis perdonados; este pueblo no se alimenta del odio como vosotr@s.

Afortunadamente la supervivencia de una lengua depende de su uso, de su penetración en la sociedad, del número de personas y la frecuencia con la que la utilizan para expresarse. Aunque muchos son catastrofistas y apuntan que el Galego cada vez se usa menos, sobre todo en las grandes ciudades, yo he decidido adoptar otra postura, modo retranca.

El Galego es ultilizado en Galicia por el 100% de población, sí es cierto, lo utilizan hasta esos que hablan en Español con un acento antinatural para evitar caer en el paletismo de hablar el idioma de sus antepasados. Me explico. Hace poco releía «A Esmorga» de Blanco Amor y recordé la maravillosa interpretación que la compañía Sarabela hizo de esta obra en el justo instante en el que llegué a un diálogo donde en tono jocoso los tres borrachos parodiaban a los señoritos de la época: «¿Y cómo está vosté?» «Yo moi bien, moi bien. Aunque un poco amolada por la temperatura».

Mientras en A Coruña sigan utilizando el «Neno» y «rapariga», mientras sigamos dicendo que alguien es «riquiña/o» «xeitosa/o» ó «feito» para designar al ó la que es «curriño/a», mientras sigamos diciendo «Déjame en paz no me amoles más», mientras digamos «ese tío es un arroutado» para decir que alguien tiende a perder el control, mientras digamos «Pepe deja ya de rosmar» en vez de murmurar, mientras usemos la palabra «enxebre» para designar las cosas típicas de Galicia, mientras le sigamos llamando «fozar» a revolver «Juan deja de fozar en las herramientas de tu padre», mientras empleemos la palabra «coitado» para definir a alguien que nos da pena, mientras en vez de tonto digamos «pailán» ó «parvo», mientras sigamos sientiendo «morriña» y «saudade» sin encontrar traducción alguna, mientras denominemos como «chafallada» a una chapuza, mientras tus amigos sigan dicendo que eres un «prea» en vez de decirte que no eres de fiar, mientras en vez de ir de fiesta vamos de «esmorga», mientras cuando jodamos algo digamos que lo hemos «escarallado» y mientras sigamos «choscos» al no asumir que los del Celta tienen «Afouteza»…  no entenderemos que el Galego está presente en nuestras expresiones diarias, estas son solo un ejemplo pero os aseguro que hay muchas más, seguro que estás pensando ahora mismo en unas cuantas que me he dejdo atrás.

Una vez visto esto… Toni Cantó tiene razón, en Galicia el Galego se impone al Español, pero cuando se impone no es a la fuerza, es porque a la gente le sale natural, le brota de dentro y eso no lo puede matar nadie porque lo llevamos en nuestra cultura, en la sangre.

Vigo, Vigo… ¡qué carallo si hasta su nombre suena bonito!

Cuando eres joven a penas tienes recursos dialécticos para defenderte, más aún, cuando por diversas razones tienes que vivir fuera de tu ciudad, de tu pueblo, de tu gente… ahí te vuelves más pequeño y retraído de lo que te gustaría; pero es lógico adoptar una postura de defensa cuando temes ser agredido.

Llegó el día en que me cansé de escuchar eso que tienen siempre en la boca los que desconocen el mundo por caminar con los ojos cerrados y tener una mente minifundista: «Vigo, es feo». Primeramente sería «fea» porque es una ciudad, pero dejando a un lado el tema gramatical, yo no niego que la percepción de alguien pueda ser esa, entiendo que haya gente que no le pueda gustar la ciudad, es más lo respeto. Lo que no entiendo ni respeto es a aquellos que sin conocer la ciudad o por motivos de odio localista tienen como recurso típico el decir esto cuando se enteran de que eres de ahí.

Yo no voy a decir que Vigo sea más bonita que A Coruña, ni viceversa, son ciudades diferentes y como el gusto está en la percepción de cada uno no sabría deciros. Yo estoy enamorado de este bendito caos de cuestas y puestas de sol. Así que, parafraseando aquello que decía Manquiña en la película «Lena», en la escena en la que Marta Larralde y él van en coche sobre el puente de rande, cuando gritos dice «¡Vigo, Vigo… qué carallo si hasta su nombre suena bonito!» y acto seguido empieza a sonar «Puerto de Vigo, Puerto de Vigo eres refugio del pescador…». A mí esta escena me parece perfecta para una campaña de marketing de la Ciudad, al igual que también me lo pareció el videoclip del grupo vigués Eladio y los Seres Queridos: El Tiempo Futuro.

Aquí os dejo mi visión de la ciudad en forma de poema, espero que os guste.

Vigo
– Cando lle declaras o amor ao caos.

A cidade era verso de loureiro
e miles de oliveiras pantasma
camiñando entre os edificios.
A cidade era un balcón sobre a ría,
música dos oitenta, sirenas de fábricas
e o solpor máis bonito do mundo.
A cidade era un porto infestado de barcos,
colapso caótico, orde dentro do caos.
A cidade era de pedra, formigón e asfalto…
praias de fina area e lugares con encanto.
Era centos de mareas e outros tantos naufraxios
por culpa dos cantos de serea
que enganaban aos mariñeiros novatos.
A cidade era brisa de sal,
vento do sur sempre cálido,
a chuvia agarimosa no frío inverno,
a maxia da luz do sol case todo o ano.
A cidade era moderna pero tiña pasado,
baixo a terra agochábase o legado,
os restos que quedaron tapados
pola acción despiadada do home na procura de espazo.
A cidade era ingobernable
e os seus políticos mesmo parecían de saldo,
maldita historia recente
que lle quitou o protagonismo de antano.
A cidade era filla dun castro,
os muros dun castelo no alto,
o valor e a xenerosidade das persoas
que pola súa liberdade loitaron.
A cidade era depredadora
do mar que se foi tragando,
recheos que exterminaron praias
para que o home tivese traballo.
A cidade era una lata de conservas,
unha cadea de montaxe e estaleiros parados,
arume á subasta na lonxa de altura
e o frío dos peixes conxelados.
A cidade era soportais,
redeiras e patelas nunha foto,
a memoria do aquivo Pacheco,
o recordo do Berbés nun cadro.
A cidade era celeste
cando o balón xogaba a ser un canto rodado,
a voz e o alento das persoas
que animaban ao equipo sen descanso.
A cidade era un mundo tolo
que se foi desenrolando,
o resultado do paso do tempo
que lentamente a foi transformando.

El maestro y los caciques.

Hoy, día de la Hispanidad, creo que es un buen momento para hablar de la historia de España, en este relato breve recojo un pedazo de la vida de un maestro de pueblo, uno de los muchos que fueron represalidos por intentar llevar la cultura a lugares donde el caciquismo no permitía el desarrollo humano. Una historia de dominados y dominadores, de víctimas y verdugos, de ricos y pobres, de vencedores y vencidos… En definitiva una historia de las muchas que escribo.

Quiero pediros perdón por la narración, solo soy un aficionado a la escritura sin más talento que mi espíritu crítico y contestatario. 

Hacía mucho tiempo que el cura de Bearíz la tenía tomada con el maestro de Magros. Concretamente cuatro años de odio contenido, de miradas desafiantes y de descalificaciones constantes, tanto en sus homilías  como en las tertulias que tenían lugar en la trastienda del ultramarinos del pueblo; entre partida y partida era rara la vez que no dirigía algún improperio en contra de la figura del humilde docente.

La maldad del párroco era proporcional al tamaño de su cuerpo, tanto en altura como en perímetro estaba exageradamente desproporcionado, algo que hablaba por si solo de lo bien pertrechadas que tenía bodega y despensa. Mientras «os labregos» y pastores pasaban las penurias propias de la época que les había tocado vivir, la casa rectoral era conocida por las pantagruélicas cuchipandas que el Ministro de Dios celebraba conjuntamente con sus compañeros de tropelías y algún que otro estafado. Uno de los habituales en las fiestas rectorales era su amigo de la infancia: el Alcalde; a ambos les unían demasiadas cosas como para no apoyarse en la gran cantidad de empresas malignas que el  cura pergeñaba en su cabeza vacía de moral.

Los dos amigos habían heredado el cargo, si bien el Alcalde ya era de cuarta generación, del cura solo sabemos que era el hijo bastardo de su predecesor en la rectoral. Así eran las cosas en la profunda Galicia rural, antes, durante y aún más después de la II República.

En el valle los caciques habían encontrado un microclima de crecimiento personal, Alcalde y cura fueron adquiriendo cada vez más riqueza y cuota de poder. Al principio por la falta de cultura de las buenas gentes de aquel Partido Judicial; después por la apropiación fraudulenta de las tierras y de las casas de aquellos que decidían emprender viaje a buscar fortuna en Méjico, Brasil o Venezuela; más tarde por la esquilmación sistemática de las fortunas de aquellos que regresaban al pueblo de la emigración con las alforjas llenas y por último, tras la instauración del franquismo, por el monopolio de la violencia y la apropiación de cuanto les venía en gana sin que nada ni nadie les parase los pies.

Las noticias que le llegaban al maestro no eran nada halagüeñas, más aún, teniendo en cuenta que Galicia había sido tomada desde el minuto cero por los sublevados; por ello, no era de extrañar que pensase que la información que recibía estaba adulterada, pero pronto se dio de bruces con la realidad. Tras recibir una carta de un compañero que había conocido durante su estancia en Cádiz supo que la cosa ya no tenía remedio, la misiva era clara y concisa: «Ilustre amigo lamento comunicarte que la guerra está apunto de finalizar y no en el sentido que ambos imaginábamos al principio de esta sin razón. Un fuerte abrazo. Madrid, 20 de Marzo de 1939.»

Los oportunistas recibían, a través del único transistor que había en el valle, los partes de guerra de mano de la recien creada Radio Nacional de España, fue eso lo que hizo que viendo los derroteros que seguía la contienda tomasen la decisión de impulsar la creación de una Falange Local.

Al mando de la misma pusieron a un joven analfabeto de una de una pedanía vecina, sin oficio ni beneficio conocido, les pareció la mejor y más dócil opción para poder mangonear a su antojo la organización. Los toparcas vieron en ésta la oportunidad de comerter más abusos y tropelías sin que se les pudiese relacionar a ellos de manera directa, ampliando así su capacidad para hacer y deshacer las cosas en aquel lugar con cierto halo de legalidad.

Era raro ver por aquellos caminos empredrados y llenos de charcos algún vehículo a motor que no fuese el coche de línea ó el de los dos indianos que recientemente habían retornado con una gran fotuna a la tierra que los viera nacer. Los vecinos utilizaban como medio de transporte el «burro» y algún que otro caballo, pero esta útlima opción solo era para los más pudientes. Sin embargo, los de la Camisa Azul tenían una camioneta que sacaban todas las noches para salir a «cazar»; así era como estos desertores del arado designaban a la acción de ir a buscar en la cobardía de la oscuridad a los «enemigos de la patria y del movimiento». Con nocturnidad y alevosía, bien entrada la noche, hacían escala en los pueblos de la comarca y sacaban de sus casas a las vícitmas con el pretexto de llevarlas a declarar ante la autoridad. Mal sabían los pobres que ese «paseo» tenía un camino de ida sin vuelta, pues les esperaban la pared y el plomo para hacer injusticia.

El cura había ido a A Coruña para presenciar el desfile militar en homenaje a la Victoria de los «Nacionales» en la Guerra; visita que aprovechó, como era costumbre cuando estaba en alguna capital, para visitar los mejores burdeles de la ciudad. A su regreso entendió que era el momento de ejecutar su venganza contra el maestro.

Aunque en este caso no contaba con el apoyo de su cohechor, el mohatrero informó a  las autoriades competentes del peligro que suponía tener en el Valle a una persona con ideas subversivas; así que lo acusó de: comunista, republicano y anticlerical. Al día siguiente un Inspector del Movimiento se personó en la escuela unitaria de la aldea de Magros para auditar el trabajo que venía realizando el maestro. Sin tiempo para haber puesto un retrato del dictador presidiendo el aula, ni de haber enseñado el «cara al sol» ni los rezos de rigor a sus alumnos, sin posibilidad de haber adquirido una bandera rojigualda con el escudo del águila para la escuela… la suerte estaba echada. Tampoco fue de gran ayuda la actitud prepotente y desafiante del inspector, como no lo fue el arrebato «retranqueiro» que el docente imprimía en cada una de sus respuestas. El inspector se fue con cara de pocos amigos, tras el portazo que el franquista dio a su salida supo que estaba sentenciado.

Al poco rato de la visita, el cura, ya tenía la confirmación de que su enemigo no había superado la prueba, al fin tendría justificado el hacer desaparecer a tan peligroso elemento. El error del Santo Varón fue contarle al Alcalde la mala obra que iba a cometer: «pasar por la piedra al cabrón del maestro». A pesar de su afición al engaño y la estafa el edil no tenía ningún tipo de animadversión hacia el aquel pobre hombre; así que, no dudó en informar a su compadre, que era Alcalde Pedáneo en Magros y gran amigo del profesor, de las oscuras intenciones que tenía el carnicero de la sotana. Éste no dudó en avisar al líder de la banda de los pueblerinos que se habían echado al monte para salvar su cabeza y combatir la opresión de las hordas falangistas. Juan da Camila había sido uno de los esbirros del Alcalde durante años pero llegó un punto que sus fechorías se le fueron de las manos, terminó encarcelado y luego expulsado del pueblo a instancias del Cura que no dudó en presionar a su compañero de mohatras hasta conseguirlo. Con el tiempo sufrió una metamorfosis sin parangón y se convirtió en el azote de las viejas oligarquías que reinaban en el Valle.

Fue Juan da Camila el que avisó al maestro de la suerte que podía correr esa noche si se quedaba en su casa. Éste, como el resto de los vecinos, le tenía un gran aprecio porque a parte de su mentor de lectura y escritura, era una muy buena persona. Así que, no dudó en llevarlo con él al monte para salvarle la vida.

Los Falangistas junto con la Guardia Civil formaban el brazo armado y represivo del gordinflón sacerdote, lo dotaron de un poder que no supo controlar; estaba habituado a robarle a los vecinos en nombre de Dios pero decidir sobre la vida de un hombre eran palabras mayores hasta para un Ministro del Altísimo.

Entrada la noche el camión de los Camisas Azules se presentó en la aldea de Magros, paró junto a la casa del maestro, comandados por el tonto bajaron cinco hombres armados y entraron a la fuerza en la vivienda. Sacaron a empujones a la mujer junto con sus cuatro hijos que, sin abrigo,  bajo el agua de la lluvia contemplaban como en la búsqueda de su marido y padre destrozaban los pocos bienes y alimentos de los que podía disponer un pobre maestro de pueblo. Su mujer y sus hijos nunca pudieron olvidar aquella humillación.

Enfadados por no haber obtenido el premio deseado, por no cumplir la tarea encomendada por el Padre, acordaron que no tenía sentido hacer el viaje en balde; la necesidad de canalizar su odio y la sed de sangre los llevó a invadir la casa del tullido del pueblo. Su delito era que no levantaba el brazo derecho para saludar, algo completamente lógico si tenemos en cuenta que en una jornada de caza sufrió  un accidente que hizo que perdiese la movilidad total de ese apéndice. Lo sacaron de la cama, lo subieron al camión a golpes y al grito de «rojo de mierda, saluda como un hombre».  Nunca volvió del «paseo».

 

 

A derradeira lección…

Recientemente celebrábamos la llegada a Galicia del cuadro de Castelao: «A derradeira lección do mestre», una obra que muchos llaman el «Guernica gallego» (puta manía de comparar lo incomparable). En su presentación el discurso del Presidente de la Xunta de Galicia generó mucha controversia ya que omitió hablar del mensaje  que esconde este fundamental lienzo. Obviar la realidad del Franquismo (que algunos llaman por desconocimiento fascismo, cuando realmente fue mucho peor que la corriente que apadrinó Mussolini en Italia) no sirve para suturar las heridas y mucho menos para calmar la situación de tensión que estamos viviendo.

Era una oportunidad para que el Presidente de TODOS los galegos desmarcase su partido de las corrientes neofranquistas que empiezan a emerger en las cloacas de la nostalgia. Pero no fue así, algo que me extraña conociendo el dominio del discurso que tiene Feijoó, esa apropiación fraudulenta del «galeguismo» que heredó de Manuel Fraga.

Este cuadro es un homenaje que hizo Don Daniel a su amigo y hermano ideológico Alexandre Bóveda, que a su vez era íntimo amigo de Enrique Rajoy (Secretario del Comité de la Autonomía en la que también estaba Alexandre; además formó parte de la comisión redactora del Estatuto del 36), ambos fueron represaliados por sus ideas políticas tras la sublevación militar, con diferente suerte, el abuelo de Mariano Rajoy, años después, consiguió recuperar su cátedra y volver a la Universidad de Santiago, Alexadre fue fusilado y entrerrado con la bandera de Galicia bajo el traje.

Tengo que reconocer que este cuadro despierta mi sensibilidad ya que, como os conté en diferentes ocasiones, mi bisabuelo era maestro y fue represaliado: por comunista, por republicano, por cantar el himno de Riego al final de sus clases sobre política. Lo pasearon unas cuantas veces y salvó la vida gracias a un cura antifranquista.

Feijoó tiene amnesia política, yo no. Esta es mi última lección a Feijoó.

Nas cunetas xacen sen vida corpos,
pasean as almas mártires
dos devotos da intolerancia.
Ósos anónimos con nome
silenciados polas balas
dos covardes que escondían
a vergoña detrás das culatas.
O ceo chora, a terra treme;
o noso pobo nunca esquece
a dor da ofensa.
O artista pinta, o mestre pousa;
a terra cheira a morte,
as árbores están espidas, sen follas.
Políticos fusilados
mirando de fronte, sen pedir misericordia,
defendendo o que amaban
por sentimento e non por gloria.
Inventaron o pasado
reescribindo ao seu antollo a historia,
borrando os asasinatos
dos libros e da memoria.
O cadro é un lenzo gris
como os recordos dun pobo
que aínda chora,
feridas que non se curaron
por máis que o tempo corra.
O mestre morreu,
a tristeza dos nenos aflora
como os berros que en silencio
evitan as pantasmas
que non poden recoñecer a deshonra.
Cala o Presidente
o pobo se enoxa,
para seren un bo líder
hai que gobernar para todos
e para todas.
O ceo chora, a terra treme;
o noso pobo nunca esquece
a dor da ofensa.
O artista pinta, o mestre pousa;
a terra cheira a morte,
as árbores están espidas, sen follas.

La última marea.

La playa era una canción de Andrés…
Rimando en la noche entre caricias
y pecados, las miradas.
Luna llena. Cuerpo desnudo, sirena…
pasos que se pierden en lo oscuro,
el camino lo marcaban sus huellas.
Surcos en la piel. Las yemas de los dedos
buscando tocar el cielo,
allá en lo profundo, no tuve miedo.
Mareas vivas que arrastraban
a su paso todas las penas,
bendita la sal que narcotizaba mis venas.
Noche de sudor y suspiros
a la luz de diez velas,
el cielo estaba oscuro,
tenía sus ojos a falta de estrellas.
Dos éramos uno sobre la arena,
lucha no era lo mismo que guerra,
al besarla descubrí que
la luz que brillaba tenía los pies en la tierra.